martes, 21 de agosto de 2012

CRIATURAS MECÁNICAS - PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA - CAPITULO 17


CAPÍTULO XVII

CRIATURAS MECÁNICAS

De ninguna manera podríamos negar la Ley de Recurrencia procesándose en cada momento de nuestra vida.
Ciertamente en cada día de nuestra existencia, existe repetición de eventos, estados de conciencia, palabra, deseos, pensamientos, voliciones, etc.
Es obvio que cuando uno no se auto-observa, no puede darse cuenta de esta incesante repetición diaria.
Resulta evidente que quien no siente interés alguno por observarse a sí mismo, tampoco desea trabajar para lograr una verdadera transformación radical.
Para colmo de los colmos hay gentes que quieren transformarse sin trabajar sobre sí mismos.
No negamos el hecho de que cada cual tiene derecho a la real felicidad del espíritu, más también es cierto, que la felicidad sería algo más que imposible si no trabajamos sobre sí mismos.
Uno puede cambiar íntimamente, cuando de verdad consigue modificar sus reacciones ante los diversos hechos que le sobrevienen diariamente.
Empero no podríamos modificar nuestra forma de reaccionar ante los hechos de la vida práctica, sino trabajáramos seriamente sobre sí mismos.
Necesitamos cambiar nuestra manera de pensar, ser menos negligentes, volvemos más serios y tomar la vida en forma diferente, en su sentido real y practico.
Empero, si continuamos así tal como estamos, comportándonos en la misma forma todos los días, repitiendo los mismos errores, con la misma negligencia de siempre, cualquier posibilidad de cambio quedará de hecho eliminada.
Si uno de verdad quiere llegar a conocerse a sí mismo, debe empezar por observar su propia conducta, ante los sucesos de cualquier día de la vida.
No queremos decir con esto que no deba uno observarse a sí mismo diariamente, sólo queremos afirmar que se debe empezar por observar un primer día.
En todo debe haber un comienzo, y empezar por observar nuestra conducta en cualquier día de nuestra vida, es un buen comienzo.
Observar nuestras reacciones mecánicas ante todos esos pequeños detalles de alcoba, hogar, comedor, casa, calle, trabajo, etc., etc., etc., lo que uno dice, siente y piensa, es ciertamente lo más indicado.
Lo importante es ver luego como o de que manera puede uno cambiar esas reacciones; empero, si creemos que somos buenas personas, que nunca nos comportamos en forma inconsciente y equivocada, nunca cambiaremos.
Ante todo necesitamos comprender que somos personas-máquinas, simples marionetas controladas por agentes secretos, por Yoes ocultos.
Dentro de nuestra persona viven muchas personas, nunca somos idénticos; a veces se manifiesta en nosotros una persona mezquina, otras veces una persona irritable, en cualquier otro instante una persona espléndida, benevolente, mas tarde una persona escandalosa o calumniadora, después un santo, luego un embustero, etc.
Tenemos gente de toda clase dentro de cada uno de nosotros, Yoes de toda especie. Nuestra personalidad no es mas que una marioneta, un muñeco parlante, algo mecánico.
Empecemos por comportamos conscientemente durante una pequeña parte del día; necesitamos dejar de ser simples máquinas aunque sea durante por breves minutos diarios, esto influirá decisivamente sobre nuestra existencia.
Cuando nos Auto-Observamos y no hacemos lo que tal o cual Yo quiere, es claro que empezamos a dejar de ser máquinas.
Un sólo momento, en que se está bastante consciente, como para dejar de ser máquina, si se hace voluntariamente, suele modificar radicalmente muchas circunstancias desagradables.
Desgraciadamente vivimos diariamente una vida mecanicista, rutinaria, absurda. Repetimos sucesos, nuestros hábitos son los mismos, nunca hemos querido modificarlos, son el carril mecánico por donde circula el tren de nuestra miserable existencia, empero, pensamos de nosotros lo mejor...
Por donde quiera abundan los "MITÓMANOS", los que se creen Dioses; criaturas mecánicas, rutinarias, personajes del lodo de la tierra, míseros muñecos movidos por diversos Yoes; gentes así no trabajarán sobre sí mismos...

volición   f. Acto de la voluntad: la volición es propia de los seres humanos. Deseo, intención.




EL LIBRO DE LA VIDA

PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA -CAPÍTULO XVI

EL LIBRO DE LA VIDA

Una persona es lo que es su vida. Eso que continúa mas allá de la muerte, es la vida. Este es el significado del libro de la vida que se abre con la muerte.
Mirada esta cuestión desde un punto de vista estrictamente psicológico, un día cualquiera de nuestra vida, es realmente una pequeña réplica de la totalidad de la vida.
De todo esto podemos inferir lo siguiente: Si un hombre no trabaja sobre sí mismo hoy, no cambiara nunca.
Cuando se afirma que se quiere trabajar sobre sí mismo, y no se trabaja hoy aplazando para mañana, tal afirmación será un simple proyecto y nada mas, porque en el hoy está la réplica de toda nuestra vida.
Existe por ahí un dicho vulgar que dice: "No dejéis para mañana lo que se puede hacer hoy mismo".
Si un hombre dice: "Trabajaré sobre mí mismo, mañana", nunca trabajará sobre sí mismo, por que siempre habrá un mañana.
Esto es muy similar a cierto aviso, anuncio o letrero que algunos comerciantes ponen en sus tiendas: "HOY NO FÍO, MAÑANA SI".
Cuando algún necesitado llega a solicitar crédito, topa con el terrible aviso, y si vuelve al otro día, encuentra otra vez el desdichado anuncio o letrero.
Esto es lo que se llama en sicología la "enfermedad del mañana". Mientras un hombre diga "mañana", nunca cambiará.
Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable, trabajar sobre sí mismo hoy, no soñar perezosamente en un futuro o en una oportunidad extraordinaria.
Esos que dicen: "Voy antes a hacer esto o aquello y luego trabajaré". Jamás trabajarán sobre sí mismos, esos son los moradores de la tierra mencionados en las Sagradas Escrituras.
Conocí a un poderoso terrateniente que decía: "Necesito primero redondearme y luego trabajar sobre Mí Mismo".
Cuando enfermó de muerte le visité, entonces le hice la siguiente pregunta: "¿Todavía queréis redondearte?"
"Lamento de verdad haber perdido el tiempo", me respondió. Días después murió, después de haber reconocido su error.
Aquel hombre tenía muchas tierras, pero quería adueñarse de las propiedades vecinas, "redondearse", a fin de que su hacienda quedase exactamente limitada por cuatro caminos.
"¡Basta a cada día su afán!", dijo el Gran KABIR JESÚS. Auto-observarnos hoy mismo, en lo tocante al día siempre recurrente, miniatura de nuestra vida entera.
Cuando un hombre comienza a trabajar sobre sí mismo, hoy mismo cuando observa sus disgustos y penas, marcha por el camino del éxito.
No sería posible eliminar lo que no conocemos. Debemos observar antes nuestros propios errores.
Necesitamos no sólo conocer nuestro día, sino también la relación, con el mismo. Hay cierto día ordinario que cada persona experimenta directamente, excepto los sucesos insólitos, inusitados.
Resulta interesante observar la recurrencia diaria, la repetición de palabras y acontecimientos, para cada persona, etc.
Esa repetición o recurrencia de eventos y palabras, merece ser estudiada, nos conduce al auto-conocimiento.

 

EL CAMBIO RADICAL PSICOLOGIA REVOLUCIONARIA - CAP XII


EL CAMBIO RADICAL

En tanto un hombre prosiga con el error de creerse a sí mismo Uno, Único, Individual, es evidente que el cambio radical será algo más que imposible.

El hecho mismo de que el trabajo esotérico comience con la rigurosa observación de sí mismo, nos está indicando una multiplicidad de factores Psicológicos, Yoes o elementos indeseables que es urgente extirpar, erradicar de nuestro interior.
Incuestionablemente en modo alguno seria posible eliminar errores desconocidos, urge observar previamente aquello que queremos separar de nuestra Psiquis.
Este tipo de trabajo no es externo sino interno y quienes piensen que cualquier manual de urbanidad o sistema ético externo y superficial les pueda llevar al éxito, estarán de hecho totalmente equivocados.
El hecho concreto y definitivo de que el trabajo íntimo empiece con la atención concentrada en la observación plena de sí mismo, es motivo mas que suficiente como para demostrar que esto exige un esfuerzo personal muy particular de cada uno de nosotros.
Hablando francamente y sin ambages, aseveramos en forma enfática lo siguiente: Ningún ser humano podría hacer este trabajo por nosotros.
No es posible cambio alguno en nuestra Psiquis, sin la observación directa de todo ese conjunto de factores subjetivos que llevamos dentro.
Dar por aceptada la multiplicidad de errores, descartando la necesidad de estudio y observación directa de los mismos, significa de hecho una evasiva o escapatoria, una huida de sí mismo, una forma de auto-engaño.
Sólo a través del esfuerzo riguroso de la observación juiciosa de sí mismo, sin escapatorias de ninguna especie podremos evidenciar realmente que no somos "Uno" sino "Muchos".
Admitir la pluralidad del YO y evidenciarla a través de la observación rigurosa, son dos aspectos diferentes.
Alguien puede aceptar la Doctrina de los muchos Yoes sin haberlo jamás evidenciado; esto último sólo es posible auto-observándose cuidadosamente.
Rehuir el trabajo de observación íntima, buscar evasivas, es signo inconfundible de degeneración.
Mientras un hombre sustente la ilusión de que es siempre una y la misma persona, no puede cambiar y, es obvio que la finalidad de este trabajo es precisamente lograr un cambio gradual en nuestra vida interior.
La transformación radical es una posibilidad definida que normalmente se pierde cuando no se trabaja sobre sí mismo.
El punto inicial del cambio radical permanece oculto mientras el hombre continúe creyéndose Uno.
Quienes rechazan la Doctrina de los muchos Yoes, demuestran claramente que jamás se han auto-observado seriamente.
La severa observación de sí mismo sin escapatorias de ninguna especie, nos permite verificar por sí mismos el crudo realismo de que no somos "Uno" sino "Muchos".
En el mundo de las opiniones subjetivas, diversas teorías seudo-esotéricas o seudo-ocultistas, sirven siempre de callejón para huir de sí mismos...
Incuestionablemente la ilusión de que se es siempre una y la misma persona, sirve de escollo para la auto-observación...
Alguien podría decir: "Sé que no soy Uno sino Muchos, la Gnosis me lo ha enseñado". Tal afirmación aunque fuese muy sincera sino existiese plena experiencia vivida sobre ese aspecto doctrinario, obviamente tal afirmación sería algo meramente externo y superficial.
Evidenciar, experimentar y comprender es lo fundamental, sólo así es posible trabajar conscientemente para lograr un cambio radical.
Afirmar es una cosa y comprender es otra. Cuando alguien dice: "Comprendo que no soy Uno sino Muchos", si su comprensión es verdadera y no mera palabrería insustancial de charla ambigua, esto indica, señala, acusa, plena verificación de la Doctrina de los Muchos Yoes.
Conocimiento y Comprensión son diferentes. El primero de estos es de la mente, el segundo del corazón.
El mero conocimiento de la Doctrina de los Muchos Yoes de nada sirve; desafortunadamente por estos tiempos en que vivimos, el conocimiento ha ido mucho más allá de la comprensión, porque el pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre, desenvolvió exclusivamente el lado del conocimiento olvidando lamentablemente el correspondiente lado del Ser.
Conocer la Doctrina de los Muchos Yoes y comprenderla, es fundamental para todo cambio radical verdadero.
Cuando un hombre comienza a observarse detenidamente a sí mismo, desde el ángulo de que no es Uno sino Muchos, obviamente ha iniciado el trabajo serio sobre su naturaleza interior.


PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA -Samael Aun Weor


CAPITULO X.
LOS DIFERENTES YOES

El Mamífero Racional equivocadamente llamado hombre, realmente no posee una individualidad definida.
Incuestionablemente esta falta de unidad Psicológica en el Humanoide, es la causa de tantas dificultades y amarguras.
El cuerpo físico es una unidad completa y trabaja como un todo orgánico, a menos de estar enfermo.
Empero, la vida interior del Humanoide en modo alguno es una unidad psicológica.
Lo más grave de todo esto, a despecho de lo que digan las diversas escuelas de tipo Seudo-Esotérico y Seudo-Ocultista, es la ausencia de organización Psicológica en el fondo íntimo de cada sujeto.
Ciertamente en tales condiciones, no existe trabajo armonioso como un todo, en la vida interior de las personas.
El Humanoide, respecto de su estado interior, es una multiplicidad psicológica, una suma de "Yoes".
Los ignorantes ilustrados de esta época tenebrosa, le rinden culto al "YO", lo endiosan, lo ponen en los altares, lo llaman "ALTER EGO", "YO SUPERIOR", "YO DIVINO", etc., etc., etc.
No quieren darse cuenta los "Sabihondos" de esta edad negra en que vivimos, que "Yo Superior" o "Yo Inferior", son dos secciones del mismo Ego pluralizado...
El Humanoide no tiene ciertamente un "YO Permanente" sino una multitud de diferentes "Yoes" Infrahumanos y absurdos.
El pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre, es semejante a una casa en desorden donde en vez de un amo, existen muchos criados que quieren siempre mandar y hacer lo que les viene en gana...
El mayor error del Seudo-Esoterismo y Seudo-Ocultismo barato, es suponer que los otros poseen o que se tiene un "YO Permanente e Inmutable" sin principio y sin fin...
Si esos que así piensan despertaran conciencia aunque fuese por un instante, podrían evidenciar claramente por sí mismos, que el Humanoide racional nunca es el mismo por mucho tiempo...
El mamífero intelectual desde el punto de vista psicológico, esta cambiando continuamente...
Pensar que si una persona se llama Luis es siempre Luis, resulta algo así como una broma de muy mal gusto...
Ese sujeto a quien se llama Luis tiene en sí mismo otros "Yoes", otros egos, que se expresan a través de su personalidad en diferentes momentos y aunque Luis no guste de la codicia, otro "Yo" en él —llamémosle Pepe— gusta de la codicia y así sucesivamente...
Ninguna persona es la misma en forma continua, realmente no se necesita ser muy sabio como para darse cuenta cabal de los innumerables cambios y contradicciones de cada sujeto...
Suponer que alguien posee un "Yo Permanente e Inmutable" equivale desde luego a un abuso para con el prójimo y para consigo mismo...
Dentro de cada persona viven muchas personas, muchos "Yoes", esto lo puede verificar por sí mismo y en forma directa, cualquier persona despierta, consciente...



















EL HOMBRE Y LA MUJER
 por Víctor Hugo

El hombre es la más elevada de las criaturas.
la mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar.
El trono exalta; el altar santifica.

El hombre es el cerebro.
La mujer el corazón.
El cerebro fábrica la luz; el corazón produce el amor.
La luz fecunda; el amor resucita.

El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.

El hombre tiene la supremacía.
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.

El hombre es un genio.
La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.

La aspiración del hombre es la suprema Gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.

El hombre es un código.
La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.

El hombre piensa.
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola.

El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.

El hombre es el águila que vuela.
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.

El hombre es un templo.
La mujer es el sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos  arrodillamos.

En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.

Estas frases sublimes del gran Iniciado humanista Víctor Hugo, invitan a vivir el Sendero del Matrimonio Perfecto.

Bendito sea el Amor. Benditos los seres que se adoran.